La oferta de animales a faena es mínima, con ventas mucho más altas que lo previsto durante los meses anteriores, a lo que se suma un clima ideal para el crecimiento de las pasturas, lo que permite a la oferta manejarse sin apuros, a sabiendas de que los precios están en alza y que demorar la venta puede deparar mejoras adicionales en las cotizaciones.
“Los compradores llaman, incluso en el feriado de ayer (por el lunes), pero es muy difícil conseguir oferta”, comentó un intermediario en la tarde de ayer. Los novillos especiales de exportación se pagan hasta US$ 5,30 el kilo carcasa (hubo negocios confirmados a ese valor), pero la escasez de operaciones dificulta establecer valores de referencia. La base para los buenos novillos es de unos US$ 5,20. Las vacas pesadas llegaron a los US$ 5,00 el kilo, con un piso de US$ 4,90 para las gordas más livianas, y las vaquillonas llegan a US$ 5,10 o algún centavo más.
Las entradas están muy cortas, en general a una semana o menos de concretado el negocio.
La demanda para las faenas kosher, la tendencia al alza de los precios del enfriado Hilton (animales terminados a pasto) y mercados sostenidos en China y Estados Unidos conforman un escenario de ventas al exterior a precios que en julio promediaron US$ 5.093 por kilo carcasa y que siguieron evolucionando al alza en la primera quincena de agosto.
La expectativa es de un mercado firme y en alza, impulsado tanto por las condiciones de oferta como de la demanda. El próximo desafío del mercado será cuando las plantas que están trabajando con equipos kosher terminen las compras para esta producción. Los equipos se retiran entre el 9 y el 12 de setiembre y retornan sobre fines de octubre.