El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), junto al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), llevó adelante la jornada “Hacia una estrategia efectiva para el control de la garrapata en Uruguay”. En ese marco, el Dr. Carlos Fuellis, médico veterinario de la cartera, presentó la conferencia titulada “Plan de control nacional: lo que vamos a mejorar”, donde adelantó los principales lineamientos del nuevo programa oficial que será lanzado el próximo martes 26 en Montevideo.

Emergencia parasitaria

Fuellis remarcó que la situación actual de la garrapata en el país, se encuadra como una “emergencia parasitaria”, con un incremento sostenido de la prevalencia en predios, la expansión del parásito a zonas libres y la presencia de focos de multirresistencia. Según señaló, al iniciar las tareas el 1º de marzo, coincidió con la tercera generación de garrapata, momento crítico por el aumento de morbimortalidad bovina asociada a hemoparásitos. A esto se suma la detección creciente de residuos de garrapaticidas en productos de origen animal, lo que genera riesgos tanto en los mercados de exportación como en el consumo interno.

En este contexto, se destacó la necesidad de contar con un diagnóstico actualizado de la situación nacional. El último relevamiento exhaustivo se realizó en 1998, cuando se inspeccionaron todos los bovinos del país en tres meses. Hoy, con nuevas herramientas epidemiológicas y sistemas de información sanitaria, se busca trazar un mapa de dispersión del parásito, incluyendo zonas de control al norte del río Negro, el este del país y los recientes focos detectados en áreas libres.

Objetivos generales y particulares del plan

El programa oficial se estructura en torno a tres metas centrales: controlar la garrapata en la zona endémica, erradicarla de las áreas libres y consolidar el enfoque de “una salud”, integrando la visión animal, humana y ambiental.

Para cumplir con estas metas, se fijaron objetivos específicos. El primero apunta a establecer un diagnóstico de base, mediante muestreos estadísticos y el registro de datos provenientes de laboratorios, veterinarios acreditados y predios afectados. El segundo busca reducir la morbimortalidad por hemoparásitos, ampliando la disponibilidad de hemovacunas. Mientras en 2017 se aplicaban 8.000 dosis, actualmente se utilizan cerca de 400.000, combinando la producción de Dilave y de laboratorios privados. El MGAP pretende intensificar esta cobertura, promover la inmunización preventiva en rodeos de riesgo y fortalecer los registros sanitarios de predios.

Otro de los puntos destacados es la necesidad de reducir y retrasar la multirresistencia, fomentando diagnósticos poblacionales de sensibilidad y el uso responsable de acaricidas. Actualmente, de los aproximadamente 30.000 predios con presencia del parásito, solo 500 cuentan con perfiles de sensibilidad diagnóstica, lo que limita las decisiones sanitarias. El ministerio considera esencial ampliar el acceso a test gratuitos, establecer una base interinstitucional de datos y promover el desarrollo de alternativas bioacaricidas, incluidos hongos entomopatógenos y vacunas en investigación.

Gestión de residuos

La eliminación de residuos de garrapaticidas en carne y subproductos constituye otra prioridad. Se evalúa reactivar programas como “El Vigía”, implementado en 2018 para registrar ventas de productos veterinarios, que cayó en desuso y hoy refleja apenas un 15% de la realidad. Asimismo, se plantea sensibilizar a productores sobre la importancia de respetar los períodos de carencia y adoptar sistemas de registro más accesibles que reemplacen la tradicional planilla sanitaria.

El plan también incluye la revitalización de los puestos de control sanitario en rutas estratégicas, el fortalecimiento del despacho electrónico de tropas y la agilización de los procedimientos para animales sueltos en la vía pública. En este último caso, se busca reducir la burocracia que hoy genera dificultades tanto para funcionarios ministeriales como para la policía.

Marco legal

Fuellis subrayó la necesidad de volver a aplicar cabalmente la Ley de Garrapata Nº 18.268, aprobada en 2008, que provee todas las herramientas necesarias para enfrentar esta emergencia parasitaria. Se propone derogar decretos posteriores que, según el MGAP, modificaron el espíritu de la norma.

En la zona de control, el objetivo no es la erradicación obligatoria, sino la reducción de pérdidas productivas mediante planes sanitarios elaborados entre productores y veterinarios de confianza. En las zonas libres, en cambio, la erradicación es de cumplimiento obligatorio. Estos planes permitirán definir estrategias predio a predio, con especial atención en casos de multirresistencia, mortandad por hemoparásitos o incumplimiento de vecinos que generan riesgo de dispersión.

Interinstitucionalidad

El ministerio enfatizó la necesidad de trabajar de manera coordinada con las principales instituciones vinculadas al agro. El plan cuenta con la participación de INIA, el Plan Agropecuario, la Facultad de Veterinaria, la Sociedad y la Academia de Medicina Veterinaria, la Cámara de Especialidades Veterinarias, el Instituto Pasteur, la Asociación Nacional de Productores de Leche, la Comisión Nacional de Fomento Rural, la Federación Rural, la Asociación Rural, CAF y el Instituto Nacional de Colonización, además de diversas reparticiones del propio MGAP.

En palabras de Fuellis, “no hay manera de que podamos enfrentar este problema en soledad. La autoridad oficial tiene su deber, pero necesitamos integrar a todos los que están en relación con la garrapata”. Para ello se prevé la formación de agentes sanitarios en cada departamento, que funcionen como eslabones entre el servicio oficial, las Comisiones Departamentales de Sanidad Animal (Codesa) y los productores.

 

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