El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) presentó oficialmente FertiRIEGO Horticultura, una innovadora aplicación pensada para mejorar el manejo del riego y la fertilización en cultivos de tomate bajo invernadero. La herramienta, gratuita y accesible desde dispositivos móviles y web, se apoya en información climática local y modelos de crecimiento vegetal para planificar y ajustar el fertirriego de forma precisa y dinámica, ofreciendo asistencia diaria al productor.
La ingeniera agrónoma Cecilia Berrueta, técnica de INIA, dijo que “esta herramienta agrega ciencia a las decisiones cotidianas de riego y fertilización”, al referirse a la aplicación. Según explicó, se trata de un sistema de soporte para la toma de decisiones, con dos funciones centrales: planificar la fertirrigación y asistir al productor en el día a día sobre cuánto regar y cuánto fertilizar.
La aplicación funciona tanto en plataformas móviles como en versión web, y ha sido diseñada con un enfoque práctico. “Es un formato amigable e intuitivo, pensado para su uso directo en los predios”, señaló la técnica. Para comenzar a utilizarla, el usuario debe ingresar los datos específicos del cultivo, como variedad, fecha de trasplante y tipo de sistema de riego. A partir de esa información, la herramienta genera un plan personalizado y comienza a ofrecer recomendaciones actualizadas, que se ajustan a las condiciones climáticas reales.
Clima, crecimiento y nutrientes
Uno de los aspectos más destacados del sistema es que se conecta automáticamente con las estaciones meteorológicas del INIA, utilizando tanto información climática histórica como datos en tiempo real y pronósticos. Esto le permite realizar simulaciones de crecimiento del cultivo y estimar su demanda de agua y nutrientes, evitando generalizaciones o recetas fijas. “No es un calendario de riego, no es aquello de ‘el 15 de noviembre hay que fertilizar’. La aplicación simula el crecimiento del cultivo según el clima y en base a eso ajusta las recomendaciones”, explicó Berrueta.
Además, el sistema propone dosis específicas de cinco nutrientes clave: nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, manteniendo los equilibrios nutricionales necesarios para un desarrollo óptimo. Estas dosis pueden ser revisadas y adaptadas por el productor junto con su técnico asesor, especialmente en situaciones atípicas como enfermedades, estrés hídrico o problemas sanitarios. “La herramienta no contempla casos excepcionales, como ataques de enfermedades o pérdidas de biomasa, por lo que ahí entra el juicio del productor y su técnico”, advirtió Berrueta.
Más rendimiento
El desarrollo de FertiRIEGO no sólo busca maximizar la productividad y la calidad del tomate, sino también hacer más eficiente el uso de recursos como el agua y los fertilizantes, con un enfoque integral. “El objetivo es aplicar exactamente lo que el cultivo necesita, ni más ni menos”, subrayó la ingeniera.
Este enfoque preciso puede traducirse en ahorros económicos, ya que evita la sobreaplicación de insumos. Pero también tiene beneficios ambientales significativos. “Aplicar lo justo implica que hay menos excesos que terminan en el ambiente, por ejemplo, en las napas freáticas o por escurrimiento”, explicó.
En particular, el nitrógeno, cuando se aplica en forma de nitrato y no es absorbido por la planta, se pierde por lavado con el riego, con el consiguiente riesgo de contaminación. En ese caso, el sistema ajusta la dosis para evitar excedentes. En cambio, nutrientes como fósforo, potasio, calcio y magnesio quedan retenidos en el suelo y su cálculo considera la capacidad de intercambio del mismo, permitiendo mantener un estatus mínimo de fertilidad sin agotar el recurso.
“El sistema permite cuidar el suelo. Por ejemplo, el fósforo no se deja caer por debajo de un nivel base; se mantiene un estatus del suelo que asegura su capacidad de aporte”, aclaró Berrueta.
Al alcance de todos
Disponible gratuitamente, FertiRIEGO ya puede descargarse desde las tiendas de aplicaciones móviles a través de INIA Móvil. Una vez instalada, el usuario debe seleccionar la herramienta como favorita para comenzar a trabajar. La aplicación está diseñada para integrarse con todos los sistemas de fertirriego disponibles localmente, y es compatible con los distintos niveles de tecnificación del productor hortícola uruguayo.
El sistema se apoya en información local generada por INIA y en el modelo VegSyst-DSS desarrollado por la Universidad de Almería (España), adaptado a las condiciones productivas del país. “La clave es que está ajustado a la realidad del productor local, no es algo importado sin adaptación”, enfatizó Berrueta.
No obstante, la especialista insistió en que la herramienta debe usarse como complemento, no como reemplazo de la observación a campo. “El monitoreo de humedad del suelo y de nutrientes sigue siendo fundamental. Esta aplicación ayuda, pero no reemplaza la experiencia ni el conocimiento técnico”, afirmó.