La ganadería se prepara para una nueva zafra de reproductores y, con ella, para una etapa clave de los sistemas criadores. El director de Correa & San Román, Martín San Román, se mostró optimista respecto al comportamiento de la próxima zafra. “Creo que vamos a estar frente a una zafra, si Dios quiere, muy buena, siempre que el clima siga acompañando”. A su entender, la demanda de toros se mantendrá firme porque muchos productores necesitan reponer ejemplares y ven en la cría una oportunidad de crecimiento. “Hay un interés claro de la gente por entorar todo lo que pueda”, subrayó.
Aunque reconoció que “fue un año en el que no se rompió tanto toro, entiendo que mucha gente va a estar precisando reponer y comprar, y veo una intención clara de crecer en la cría. Los valores los irá marcando el mercado”, señaló.
Los terneros marcaran los precios
Consultado sobre la relación de precios, San Román indicó que “lógicamente, en terneros debería aumentar un poco el valor, pero no me animaría a arriesgar cuánto. Sí entiendo que va a haber algún ajuste en el precio de los toros y, sobre todo, que habrá una demanda importante”.
El director de Correa & San Román explicó que algunos compradores ya están asegurando volúmenes en operaciones privadas, aunque las expectativas siguen puestas en los remates de cabaña. “Hay gente preguntando y, sobre todo, el que precisa algún volumen de toros intenta asegurar una parte en el mano a mano, pero claro está que todas las punteras están en los remates de cabaña”, puntualizó.
El peso de la genética
Para San Román, los avances genéticos alcanzados en los últimos años se reflejan en los resultados de campo. “El mejor ejemplo son las toneladas y de esas novilladas de año y medio en los pesos. Ahí está claramente la inversión en genética que ha ido haciendo todo el mundo”, explicó.
El rematador destacó que, “antes era común ver en esta época sobreaños en 220 o 230 kilos, y eso es lo que pesan hoy los terneros. Ahora, los sobreaños están en la vuelta de los 300 kilos. Es una muestra bien notoria de lo que se ha mejorado en genética”, afirmó.
La evolución también se refleja en las hembras. “Ya hay gente que está entorando a los 18 meses, incluso algo menos, cosas que hace un tiempo eran prácticamente impensables”, remarcó. Para San Román, estas señales demuestran un proceso de mejora continua en la cría, donde la selección genética juega un rol determinante.
Expectativas para la zafra
San Román resaltó la combinación de factores que generan expectativas positivas: la necesidad de reposición, la intención de los productores de expandir la cría y el reconocimiento al valor de la genética. “Entiendo que mucha gente va a estar precisando toros y hay una demanda firme. Será el mercado el que marque los valores”, insistió.