En el marco del lanzamiento oficial de la Zafra Ovina 2025, realizado en la Sociedad Agropecuaria de Cerro Largo, el presidente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), Ing. Agr. Alfredo Fros, señaló que la institución busca descentralizar estos encuentros para abordar las particularidades regionales del rubro.

Uno de los ejes de su discurso fue la necesidad de atraer a nuevas generaciones. Señaló que “quienes estamos en la producción ovina, en promedio, venimos envejeciendo” y que es “una responsabilidad y una obligación” hacer del rubro un ámbito atractivo para los jóvenes. Afirmó que el futuro del sector dependerá de su capacidad de renovación generacional.

El presidente del SUL subrayó el dinamismo del rubro, destacando que a pesar de la diversidad de contextos de cada zafra, el ovino ha demostrado adaptabilidad. En este sentido, hizo un llamado a “salvar todos los corderos que podamos”, aplicando las tecnologías disponibles para mejorar la eficiencia y consolidar el crecimiento productivo.

Recuperación de carne y lana

Fros señaló como una señal alentadora la recuperación simultánea de los mercados de carne y lana, con una “flecha hacia arriba desde hace muchas semanas”, apuntalada por una demanda sostenida y una valorización general de todas las categorías de lana. Esta tendencia mejora los márgenes del productor y aporta certidumbre al negocio.

En el plano económico, recordó que el ovino fue “el primer rubro de exportación de nuestro país” y que, pese a la reducción del stock, mantiene una alta capacidad de retorno. “Con un stock reducido, tenemos un retorno del 70% en el año”, afirmó, refiriéndose a la capacidad del rubro de generar exportaciones equivalentes al 70% de su valor, con un ciclo productivo más corto que el del vacuno.

Demandas del sector

No obstante, también planteó demandas concretas. Cuestionó el actual régimen del Impuesto a la Enajenación de Bienes Agropecuarios (IMEBA), al que definió como una carga desproporcionada para los productores ovinos, en especial los pequeños y medianos. “La lana es uno de los pocos productos agropecuarios que paga el tope más alto del IMEBA, y estos productores no pueden descontarlo de nada”, advirtió, reclamando una revisión del marco fiscal vigente.

Otro tema central fue la erradicación de la bichera, a la que calificó como un punto de inflexión: “El Uruguay ovejero con bichera y sin bichera son dos países totalmente diferentes”. Aseguró que eliminar esta plaga tendría un impacto directo en la eficiencia del sistema productivo y sería un avance estructural de gran magnitud.

Componente social

El componente social del rubro ovino fue ampliamente abordado. Fros mencionó que el sector genera más de 13.000 empleos directos e indirectos, con un fuerte arraigo en comunidades rurales. Señaló el papel que desempeñan las familias de esquiladores, artesanas de la lana y otras actividades conexas como pilares del tejido social del interior. “Donde hay ovejas hay gente trabajando, hay familias apostando al campo y hay vida”, resumió.

Además, destacó la participación del rubro en programas de promoción social como Procría, impulsando su integración a sistemas mixtos del norte y noreste del país, donde la oveja tiene aún mucho para aportar.

Mercados

Sobre los mercados de exportación, Fros mencionó que se está accediendo a nichos de alto valor tanto para la carne como para la lana. “Hay productos de lana que valen dos o tres veces más de lo que vendemos hoy en Uruguay”, afirmó. En carne ovina, señaló que se están realizando operaciones en mercados con referencias cercanas a US$ 10.000 por tonelada, mostrando una valorización clara a pesar de una menor faena.

En términos acumulados, informó que, aunque hay menos animales faenados y menor volumen exportado en carne, los ingresos en dólares superan a los del año anterior, lo que demuestra una mayor eficiencia y valorización del producto ovino. Este escenario reafirma que el negocio ovino es rentable, y que con buenas prácticas y mayor tecnificación, los márgenes pueden seguir mejorando.

Finalmente, Fros llamó a “encarnar las ovejas”, a “aplicar la tecnología” y a “salvar la mayor cantidad de corderos posible”, aprovechando un contexto externo favorable. Para ello, remarcó que es indispensable mantener una demanda sostenida y brindar certezas al productor, para que el crecimiento sea traccionado por el propio sector y no impuesto por estímulos temporales.

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